Un día maravilloso cruzamos nuestro camino con esta receta que, bajo el nombre de "Dutch Pancake" (panqueque holandés) o "Pannekoeken", enseguida supo llamar nuestra atención. Un poco por la forma en que se veía el plato terminado en las fotos ("¿quedará ASÍ de inflado?" nos preguntamos, y obviamente tuvimos que comprobarlo), y otro poco porque no pudimos evitar sentirnos atraídos por el gerundio que la acompañaba (a esta altura estimo sabrán que tenemos una fijación con Amsterdam y todo lo que gire a su alrededor). You had me at "dutch".
Pero antes de pasar a la receta para que ustedes también puedan disfrutar de estos maravillosos y sooo fluffys panqueques omeletosos, quisiéramos hacer un disclaimer sobre su (verdadero) orígen.
Investigando un poco, averiguamos que este plato no tiene nada de holandes, sino que es alemán (al parecer, eso de hacer el panqueque al horno es un truquillo oriundo de Alemania), y que el error en su nacionalidad se viene arrastrando desde principios del 1900, cuando la versión yankee alcanzó su popularidad en el Manca's Cafe de Seattle, donde se vendían a 90 centavos la unidad. Como la hija del dueño de este bolichito tenía algunos problemas para pronunciar correctamente la palabra "deutsch" (el término alemán para decir "alemán"), quedaron rebautizados como "dutch" (así lo pronunciaba ella), error que no sólo despojó a estos pobres panqueques de su verdadero origen, sino que -por esas cosas del azar- les asignó uno completamente diferente. Nos unimos así a la cruzada para que este plato recobre su identidad perdida, y que se haga la debida justicia culinaria!
Ahora si, volvamos a lo nuestro. ¿Qué otras cosas nos atrajeron de este original panqueque horneado, además de creer que era holandés? Algo que nos pareció muy copado fue que la mezcla se inflara todo lo que se infló sólo con el calor del horno y sin una gota de polvo para hornear. Si fuera su idea sorprender a sus convidados con el inesperado factor del volúmen, recomendamos preparen el panqueque cuando ya todos estén dispuestos en la mesa, porque ese "efecto popover" se desinfla mucho más rápido de lo que se espera. Así que ya saben, tengan listos los cubiertos porque todo va a pasar muy muy rápido, comerlo inclusive.
Otra cosa que está buenísima es que, al inflarse estilo "bowl", resulta ideal para rellenar con una incontable combinación de cosas ricas. Si bien la versión original sólo lleva por encima unos cubitos de manteca, jugo de limón y un poquito de azúcar impalpable (también muy rico), a nosotros nos tentó mucho más RE-llenarlo con unas manzanas caramelizadas con canela y azúcar negra, que están para el crimen.
¿Qué más? Es fácil de preparar, es liviano y aireado, se infla desproporcionadamente (cuanto más desparejo, más lindo), y lo pueden rellenar con lo que más les guste (dulce o salado) volviéndolo un plato muy versátil para servir en cualquier momento del día. Y aunque su vínculo con todo lo que es lindo y bueno de Holanda quedó limitado a un error de pronunciación ¿qué más dá? Es un caño igual.
Un guilty pleasure: voyeurear esporádicamente nuestro apfelpfannkuchen durante su estadía en el interior del horno, mientras se va inflando hasta el infinito #foodporn
Panqueque alemán con Manzanas caramelizadas
Apfelpfannkuchen - German Apple Pancake
Ingredientes
(para 4/6 personas)Para el panqueque
- 2 cucharadas de manteca
- 3 huevos
- 1 pizca de sal
- 1/2 taza de leche
- 1/2 taza de harina
- Azúcar impalpable
Para el relleno
- 1 cucharadita de canela
- 1/4 de cucharadita de nuez moscada
- 1/2 taza colmada de azúcar negra
- 2 manzanas medianas, peladas y cortadas en rodajas finas
- 1/4 taza de manteca
Preparación
Nos aseguramos de que la rejilla del horno esté en el medio, ponemos dos cucharadas de manteca en una fuente redonda, y la metemos en el horno a 220º (alto).
Mientras esperamos que se derrita la manteca, preparamos la mezcla batiendo los huevos en un bowl grande. Añadimos sal, leche, harina y seguimos batiendo hasta que la mezcla quede suave y homogénea.
Cuando la manteca se derritió, sacamos la fuente del horno y -con cuidado- la enmantecamos. Agregamos luego nuestra mezcla y horneamos entre 15 y 18 minutos, sin abrir la puerta del horno. La gracia es que se va inflando a medida que se cocina. Cuando vean que los bordes estén dorados, significa que ya está listo.
Mientras dejamos nuestro panqueque en el horno, nos ponemos manos a la obra con el relleno de manzanas.
Combinamos el azúcar, la canela y la nuez moscada en un bowl, añadimos las manzanas y mezclamos con cuidado para que queden bien cubiertas por el azúcar, estilo milanesa.
En una sartén grande, derretimos un poco de manteca a fuego lento. Añadimos las manzanas y cocinamos sobre fuego medio hasta que estén tiernas.
Rellenamos nuestro panquecote con cuidado, espolvoreamos con un poco de azúcar impalpable y llevamos inmediatamente a la mesa, antes que se desinfle!
Como verán, el nuestro quedó completamente desparejo y divino... ¿Cómo salieron los suyos?
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