Además de bellísimos recuerdos y dos buenos posts con nuestras experiencias gastronómicas, de Viena nos trajimos un paquete de fideos de chocolate amargo que -desde aquel entonces- se había quedado triste y solo en el fondo de la alacena, porque nunca se nos ocurría con qué cátzo prepararlos. Hasta que un día apareció en nuestra vida esta receta de sabores exquisitos y supimos que tanta espera había valido la pena.

El mole así solito ("salsa" en náhuatl) es una preparación a base de chiles y especias varias a la que se le puede agregar un poco de chocolate con el fin de atemperar el grado de picor. En este caso, usamos más de media tableta de un choco bieeen amargo (al 80%) que le aportó a nuestra salsa una buena cuota de personalidad, volviendo su sabor todavía más profundo y exótico.

En el libro La mesa que seduce y abraza: Recetas de una embajada mexicana, de Ximena Mondragón Randall, encontramos un simpático relato sobre uno de los posibles orígenes del mole. Acá lo transcribimos para compartirlo con ustedes: Una versión ubica al mole poblano en el convento de Santa Clara en la ciudad de Puebla (...) cuando una monja molió diferentes chiles y otros condimentos juntos en un metate. Estas monjas mantenían voto de silencio y por ello la mayor parte del día no podían hablar. Cuenta la historia que el aroma de los ingredientes que la monja molía en la cocina era tan agradable que todas sus compañeras dejaron sus actividades para ir a ver de dónde provenía ese aroma tan delicioso. Al ver lo que pasaba, la madre superiora rompiendo el silencio que debía guardar dijo: "Hermana, ¡qué bien mole", lo que provocó las risas de las demás monjas que la corrigieron: "¡Se dice 'muele', hermana!" y de allí en más se llamó mole a este plato.

Embadurnar nuestro pollito con este mole picantito y de milamores justo antes de llevarlo al horno llenó de aromas divinos toda nuestra cocina, cargando de expectativas nuestro paladar. Una vez listo, llevamos a la mesa acompañado con una abundante porción de fideos de chocolate amargo, para más placer. Pero qué fiesta de sabores, viva México, cabrones!

Sólo resta instarlos a preparar este delicioso Mole de Pollo y disfrutar la forma obscena en que cada bocado les hará el amor a la mexicana --tequila, tabaco y ron!

Mole de Pollo sobre Fideos de Chocolate amargo

Chicken mole over dark chocolate pasta

Ingredientes

(para 4 personas)

1 paquete de fideos de chocolate
4 piezas de pollo
1 cebolla
3 dientes de ajo
2 cucharadas de chile en polvo
1 cucharadita de comino
1/2 cucharadita de canela
4 tomates
1 morrón
2 chilecitos
300cc de caldo de pollo
2 cucharadas de mantequilla de maní
60gr de chocolate amargo
1 plátano
Aceite de oliva
Semillas de sésamo y un puñadito de perejil picado, para terminar

Preparación

Precalentamos el horno a 180ºC (medio).
Calentamos unas cucharadas de aceite de oliva en una sartén sobre fuego medio, salteamos el plátano en rodajas y la cebolla picada finita, hasta que transparente. Agregamos el ajo picado, el chile en polvo, el comino y la canela, y dejamos unos minutos más hasta que las especias se tuesten y los sabores se integren. Incorporamos los tomates ya pelados y en cubos, el morrón en cubitos, los chilecitos picados bien chiquitos, el caldo, el chocolate picado y la mantequilla de maní y rehogamos todo durante 10 minutos. Colamos y procesamos hasta tener una salsa tersa y homogénea.

Sellamos el pollo en una sartén de fondo grueso y apta para horno hasta dorar en todos sus lados. Cubrimos las piezas con la salsa y llevamos al horno entre 45 minutos y 1 hora.
Mientras el pollo y la salsa se cocinan, cocinamos la pasta en una olla grande con agua salada, acorde a las instrucciones del paquete para lograr que nos quede al dente. Colamos.

Servimos en un plato una porción de fideos y una presa de pollo y cubrimos con un poco más del mole. Terminamos el plato con perejil picado y semillas de sesamo.